El módulo básico se combina para crear nuevas unidades funcionales. Las posibles asociaciones tienden a ser cada vez más complejas, del mismo modo en que un grupo familiar evoluciona: cambia, aumenta, disminuye, se disgrega, se multiplica, se adiciona...
Se entiende que la familia mononuclear -padre, madre e hijos- ha dejado de ser la “familia tipo”. Las variantes y combinaciones son prácticamente infinitas, tan reales y típicas como antaño lo era el núcleo tradicional. Quizá la diferencia esté, además de su composición, en la dinámica de su propia evolución.
El espacio físico que la contenga, deberá ser asimismo, dinámico, versátil, evolutivo, involutivo, a la vez que funcional y accesible.
El contenedor marítimo parece ser una opción más que válida para satisfacer las necesidades de la dinámica y variopinta familia contemporánea.
Como una célula se fusiona con otra y éstas con otras, el tejido resultante podrá parecer caótico, pero su lógica es concreta y clara aun en sus distintas etapas de mutación. El siglo XXI tiende a ser así: la única constante es el cambio.
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